Seguro que conoces a más de una persona que es capaz de hablar más de un idioma. Aquí te dejamos algunos consejos para que te sea más fácil y ameno aprender más de una lengua.
- TIENES QUE TENER CLARO EL MOTIVO POR LO QUÉ LO ESTÁS HACIENDO.
Puede parecer obvio, pero si no tienes un buen motivo para aprender otro idioma, es muy probable que a la larga se te termine la motivación. Por ejemplo, querer impresionar a tus amigo con tu nivel de francés, inglés, alemán, etc. No es un motivo demasiado bueno, pero querer conocer de verdad a una persona francesa, inglesa o alemana en su propio idioma, sí puede ser un motivo claro de saber lo qué estás haciendo.
- SUMÉRGETE EN EL IDIOMA
Ya que te has concienciado y comprometido para aprender, te recomendamos que te le prestes la máxima dedicación. No imnporta que herramientas o medios uses para aprender el idioma, lo importante es que practiques todos y cada uno de los días.
- ENCUENTRA UN COMPAÑERO
Tener compañía te ayudará a seguir intentándolo en esos momentos en los que a veces desparece la motivación de la que hablabamos anteriormente.
- HABLAR CON MÁS PERSONAS
Si tu objetivo desde el principio es mantener una conversación, es más probable que te pierdas en libros de texto y manuales. Hablar con gente hará que el proceso de aprendizaje siga siendo relevante para ti.
- DIVIÉRTETE
Usa tu nuevo idioma de forma que sea creativa. Piensa en alguna manera divertida de practicar tu nuevo idioma.
- ACTÚA COMO UN NIÑO
Hay que intentar aprender como lo hacen los niños. Puede que la clave para ser capaces de aprender tan rápido como los niños esté en tomar determinadas actitudes infantiles: deseo de jugar en la lengua y la disposición a cometer errores. Cuando somos adultos los errores se convierten en algún tipo de tabú. Es más probable que un adulto diga «no sé», antes que «no he aprendido todavía». Cuando estás aprendiendo un idioma, admitir y aceptar que que no lo sabes todo, es la llave para para seguir avanzando.
- ABANDONA TU ZONA DE CONFORT
No tener miedo a cometer errores significa estar preparado para ponerte a prueba en situaciones potencialmente embarazosas. No importa cuanto estudies, nunca hablarás un idioma si no lo experimentas; háblales a extranjeros en su idioma, pide la comida… Cuanto más veces lo hagas mayor será la facilidad con la que te enfrentes a nuevas situaciones.
- ESCUCHA
Tienes que aprender a caminar antes que correr. En el mismo sentido, tienes que aprender a escuchar antes de aprender a hablar. Cualquier idioma suena raro la primera vez que lo escuchas, pero cuanto más lo oyes, más familiar se vuelve y más fácil te será hablarlo.
- MIRA A OTROS HABLANDO
La pronunciación es tanto física como mental. Observa cuidadosamente a otros mientras hablan, y después trata de imitarlos lo más parecido como sea posible.
- HÁBLATE A TI MISMO
Si no tienes a nadie con quién hablar en el idioma que estás aprendiendo, no hay nada de malo en hablarte a ti mismo. Esto puede aydarte a mantener nuevo vocabulario o nuevas frases bastante frescas en tu mente, de manera que te sentirás confiado cuando tengas que usarlas con otras personas.